BRUSCO II, adj. de origen incierto: quizá sea aplicación especial del anterior a causa de lo espinoso de esta planta, pero más bien parece tratarse de un antiguo adjetivo prerromano de la familia indoeuropea (cf. ky. brysg ‘vivaz, ágil’, eslavo bresk ‘acerbo’).

1.ª doc.: 1514; 16511.

La historia interromance del vocablo es complicada y oscura. Pasa por ser más antiguo en italiano que en los idiomas hermanos, pues ya se halla en Dante y en Matteo Villani (med. S. XIV). El fr. brusque no puede ser autóctono, dada su forma, y aunque aparece por primera vez en la traducción de una obra hispánica, el Palmerín, en 1546 (RF XXXII, 21), también podría venir del italiano; o, atendiendo a su significado diferente, quizá proceda más bien del oc. brusc, cuyo significado, material e independiente, ‘brozno, quebradizo’, indica carácter autóctono. En los tres romances hispánicos el vocablo presenta escasa originalidad semántica, predominando en los SS. XVI-XVII las acs. italianas, y en el XIX las afrancesadas (contra las cuales protestaba Baralt, y en portugués Fig.), lo que invitaría a admitir origen extranjero. Sin embargo, ya aparece una vez brusco ‘tosco’ en J. del Encina, ed. 1496, f° 112r°b, también en Lucas Fernández, a. 1514 (f° B2v°a)2, fecha temprana y ac. diferente que se oponen a un origen italiano; podría ser entonces vocablo pastoril de creación indígena, y poco difundido, cuyo sentido fué afectado después por el italianismo. De todos modos, se impone desechar la idea de que en la Península Ibérica sea extranjerismo brusco, pues ya lo encontramos con el sentido de ‘áspero, malhumorado’ en la Crónica Troyana en gallego del S. XIV: «en todo el n? acharia h? ome triste... n? coydador n? brusco...» (II, 165.6); de ahí enbrusqueçer ‘ponerse de mal humor’: «Achiles entristeçeu et enbrusqueçeu ja quanto» (II, 54.24). Gall. mod. bruscos ‘ceño, enfado’ («Pedro le puso unas bruscas a Juan»: ‘le aterró con el gesto o ceño, se enfadó con él’) Sarm. CaG. 206v. El fr. brusq se halla en el S. XVI con el sentido de ‘áspero’ y ‘vigoroso’: «vin: en hiver, sain; au printemps, brusq; en été, frais; en automne, doux» Rabelais, Cinquiesme Livre, cap. 28, p. 104, quien en la p. 106 opone brusquement a laschement (‘flojamente’).

Aunque sería concebible que brusco ‘áspero’ procediera del lat. bruscum ‘protuberancia en el arce’, según quiere Bugge, Rom. IV, 352, creo se trata del nombre de planta brusco ‘Ruscus aculeatus’, teniendo en cuenta la popularidad de ésta como vegetal espinoso, empleado popularmente para alejar de la carne conservada en despensa a los ratones, uso mencionado por Covarr. y aludido por la denominación it. pungitopo, por la alem. mäusedorn, y la gr. μυακάνȎα (el significado de éste no es seguro). Schuchardt, ZRPh. XL, 609, sugiere que brusco sea voz de creación expresiva, lo mismo que sus sinónimos el ingl. brisk3 y galés brysg.

Nos inclinamos ahora a creer que el romance brusco es voz prerromana representada hasta hoy por el ky. brysg y que de ahí vendrá también el tardío ingl. brisk. En efecto, como nombre de persona está ya documentado en una inscripción ogámica irlandesa. Brusca es nombre antiguo de un río de Alsacia (ya en 715) y de un pueblo del Aveyron, y Bruscius, nombre de persona, figura en dos inscripciones romanas de la Gran Bretaña (cf. también Mons Brusconis que Holder da como étimo de Montbrison en la Drôme, Loire y Hte-Loire, lo cual falta estudiar mejor); las raíces bru- ‘fuerte’, bru- ‘hincharse’ y brūs- ‘romper, herir’ están bien representadas en céltico (Stokes-B., 186-7): el galés brysg es ‘quick, nimble’ (cf. brys ‘haste’, brysio ‘to hasten’), gaél. briosg ‘quick, alert, lively’ ‘to start with surprise, leap for joy’, irl. briosg ‘a start, a bounce’ (Skeat), irl. brisc, apprisc (con prefijo ad-) ‘enclenque, enfermizo’, bret. bresk (del irl. brissim ‘rompo, quiebro’); cf. Pokorny, IEW, 171 (junto abheres-, p. 143). Una y galesa puede salir de u ante -ī j, de suerte que la base podría ser BRUSCIO- o BRUSCI-. En todos estos vocablos, al parecer, no se puede partir de un étimo antiguo con U y menos con Ȣ (que da i y no y en galés). Así que tal vez el étimo sea sorotáptico más que céltico: cf. el vocablo BHROIS-QO- ~ BHRISQO- que Pokorny (IEW, 172) y Walde-P. (Vgl. Wb. II, 206) admiten como base del checo břesk ‘sabor agrio’, pol. brzazg ‘gusto agrio y desagradable’, ruso ant. abrězgnuti ‘agriarse’, noruego brisk ‘sabor amargo’, brisken ‘amargo, agrio’ (> ingl. brisk, préstamo escandinavo o céltico). Creo que la base común será un BROISCO- ~ BRISKO- alternante, reducido a BRȢSKO-, sea en céltico continental (como en britónico, Pedersen, Vgl. Gramm. § 39) sea en latín vulgar, donde puede ser de origen céltico o sorotáptico.

1 Esquilache (Aut.) al parecer en la ac. ‘oscuro’, que hoy corre en judeoespañol (Cuervo, Ap., 7a. ed., p. LXXIV). También es ‘oscuro’ o ‘nublado’ en los ejs. portugueses del S. XVI, que cita Moraes. El origen italiano de estas acs. es claro. La lexicografía lo registra desde Palet (1604, vid. Gili): «fier, cruel».―

2 El segundo ej. que cita de este autor el DHist. es errata del diccionario en vez de bruto. En el otro, brusco está asegurado por la rima.―

3 En cuanto a éste, otros creen que viene del francés. No aparece antes de Shakespeare y Milton.